domingo, 4 de enero de 2009

Apocalypse Now. 1979 (Francis Ford Coppola) Los limites de la percepción sonora

Walter Murch conocido “sound designer” explica los problemas y soluciones de las mezclas de sonido en la banda sonora moderna. La saturación sonora es uno de los problemas más comunes en el cine actual. Hoy en día los sistemas de grabación y reproducción de audio digitales posibilitan una gran acumulación de sonidos. Este hecho presenta nuevas posibilidades expresivas y unos cuantos problemas a la hora de realizar las mezclas. Efectivamente el resultado puede ser denso e ininteligible al anularse los sonidos entre si o tapar a otros generando un gran ruido general.

Murch analiza el sonido en escenas muy intensas como el “raid” de helicópteros de las tropas norteamericanas en “Apocalypse Now” de Francis Ford Coppola. En el estudio de mezclas dónde disponía de 96 pistas de audio, descubrió que la suma de todos los “sonidos objetivos que aparecían en pantalla” (docenas de helicópteros, centenares de disparos, decenas de explosiones, gritos y diálogos) era inmezclable ya que el resultado era un caos de ruidos que mas que explicar la acción, la ensuciaban. Ante la frustración del resultado analizó el problema, hasta dar con la solución.

Las mezclas de esa secuencia requerían un planteamiento diferente. A fin de conseguir mayor claridad, dividió los sonidos según el espacio que ocupan dentro del espectro sonoro. Así las explosiones pertenecen a las frecuencias graves o bajas, los helicópteros se sitúan en las frecuencias medias y los disparos de armas automáticas y cortas en las frecuencias medias-altas. Las voces y diálogos en las frecuencias altas y la música en las medias. Este reparto de los sonidos dentro del arco sonoro produjo una mezcla natural de todos los efectos. Por fin eran audibles y distinguibles a la vez las explosiones, helicópteros, ametralladoras, cohetes, pistolas, gritos, música y diálogos. Para conseguir este resultado tuvo que ubicar a los diferentes ruidos dentro de determinados rango de frecuencias. Para ello es preciso hacer uso de la ecualización de bandas, modificando los sonidos en graves, medios o agudos. Este proceso ayudó mucho a clarificar el sonido resultante de la mezcla.

No obstante, el factor determinante fue la aplicación del principio del “no suena todo lo que se ve”. Efectivamente, si en pantalla aparece un plano con 12 helicópteros, no han de sonar todos, sino algunos: los más evidentes. Lo mismo sucede con las explosiones, cohetes y ametralladoras: suenan tan solo las más visibles. Vaciando el sonido de esta manera, la mezcla global es más inteligible y efectiva. De esta forma se aumenta la sensación de realidad situando al espectador en el centro del espectro sonoro. Con los sistemas actuales Surround y 5.1 el sonido se puede repartir todavía mejor. Sensación de situación: izquierda-centro-derecha en la pantalla, más laterales y fondo de la sala.


* El Montaje Musical en Televisión (C) 2007

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